Ahogamiento

Si el animal ha tragado mucha agua, la primera actuación debe ser intentar que expulse la misma. En el caso de gatos o perros pequeños, se le debe coger por las patas traseras y dejarlo colgado boca abajo a la vez que lo sacudimos para que el agua caiga por efecto de la gravedad. Los perros grandes, al no poder levantarlos, tendrán que estar acostados y los levantaremos por los cuartos traseros para que la cabeza quede más baja y pueda expulsar el agua.

Si al realizar esta operación el animal NO comienza a toser, es probable que se haya detenido la respiración, por lo que deberemos comprobar tanto la respiración como el pulso. Colocaremos al animal acostado sobre su lado derecho procurando que la cabeza quede más baja que el resto del cuerpo. Si el animal tiene circulación pero no respira, hay que practicarle las insuflaciones del RCP, y si el pulso se detiene la maniobra completa de RCP.